jueves, 15 de abril de 2010

En pos de la "desnudez" arquitectonica

La arquitectura no son las ornamentos ni la voluptuosidad, es su soporte perdido y encontrado a los largo de los siglos.

No son los elementos que componen un edificio, es el conjunto de estos. Y un conjunto emocionante es la “buena” arquitectura.

El nuevo espíritu es la llegada del exhibicionismo a la arquitectura, se despoja de las volutas y las hojas de acanto, de las basas y los capiteles, los arcos y los rosetones y todo aquello vinculado al pasado. Un espíritu renovador, un punto de inflexión, desde donde lo verdaderamente importante no es el “continente” ni el contenido sino su armonía. Esta armonía no solo responde a proporciones geométricas y su claridad que nos conmueve.

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